Al enseñar Bodhiyoga, exploro de forma pionera, dentro de la tradición de hata yoga y también de las enseñanzas del Buda. Investigando y transformando la energía del cuerpo y de la mente. Más específicamente, me baso, en la tradición del yoga contemporáneo; donde la mayoría de las asanas (posturas y movimientos) sólo se han practicado desde los principios del siglo XX. También soy parte de la tradición del Buda y sus enseñanzas explícitas, sobre cómo trabajar la mente. Al unir las tradiciones, puedo mantener el énfasis en la investigación espiritual y permitir que la práctica pueda evolucionar. Eso es el trabajo de un pionero.
El Buda enseñó que el Dharma (el camino de la verdad que descubrió) es "Ehi pahsiko": "ver por tu mismo". Bodhiyoga también fomenta este enfoque experiencial en la formación, para formarse como profesor(a) y en la manera de la transmisión de las enseñanzas a nuestros alumnos. Bodhiyoga no es un estilo de yoga; los fundadores Sadhita y Sudaka no dicen que han creado algo original, con derechos de "Copyright", respecto a los movimientos o las secuencias. En cambio, basado en su experiencia sustancial de las asanas de yoga y su práctica budista, han desarrollado un enfoque único en relación con el yoga. Bodhiyoga se basa en las enseñanzas budistas básicas de la atención plena o mindfulness y los principios de la práctica, cuidadosamente, para alentar la exploración.
A menudo, en la formación preguntaba; ¿Estoy haciendo bien?
Después de asegurarme de que no estaba en peligro de hacer daño a mi cuerpo, ellos responden con preguntas: ¿Cuál es el propósito de la postura? O ¿Qué sensaciones estas experimentando? El énfasis en la auto-indagación y en una exploración crítica son características de su enfoque.
Los tres conceptos principales que caracterizan la práctica de Bodhiyoga son: sati (mindfulness), metta (amor incondicional y universal) y la receptividad. Podemos escuchar mucho acerca de "ser conscientes", pero a menudo pienso: ¿de qué estamos siendo conscientes? Una vez más, nos beneficiamos de la claridad del Buda: él enseñó la Satipatthana, los cuatro fundamentos de la atención plena que a menudo me describo como; esferas de la conciencia. En primer lugar, somos conscientes de kaya (el cuerpo): ¿Dónde ponemos nuestros pies, nuestra cadera, el hombro, nuestro brazo? Entonces, somos conscientes de vedana (sensaciones en el cuerpo): ¿Hay dolor, qué tenemos que movilizar? ¿Hay incomodidad para respirar? A continuación, somos conscientes de citta (emociones y estado de ánimo): ¿Estamos contentos, lleno de energía, auto-crítica, vulnerable, expansivos? Por último, somos conscientes de dhammas (pensamientos): ¿Podemos convertir la distracción de lo que vamos a hacer posteriormente?: ¿Cuándo vamos a comer?, ¿Qué vamos a ver?Enla reflexión sobre la impermanencia: ¿Nada dura para siempre? Estas reflexiones informan sobre nuestra asana y dan instrucciones claras de cómo investigar nuestra experiencia , más allá de la forma externa o apariencia de la postura.
La más transformadora de las enseñanzas del Buda es metta.. A menudo me traduzco este término como "ser apropiado". Es decir tomar conciencia y respetar los límites del cuerpo en el momento determinado. En pocas palabras, practicamos metta cuando no forzamos a uno mismo y herimos a nuestro cuerpo, pero va más allá del cuerpo. A través de los satipatthanas; meta puede influir en nuestro ser, para que podamos respirar con delicadeza. Podemos acercar nuestras emociones con amabilidad, para aliviar las voces críticas y observar nuestros pensamientos, con curiosidad sin juicio. Así que cuando entramos en una pose difícil, tomamos responsabilidad de como doblamos la rodilla, como sentimos la columna vertebral. Respiramos por el nudo de tensión en nuestro hombro, reconocer nuestra frustración por la rigidez, mientras notamos nuestra alegría de mantener el equilibrio sobre un pie y observar el pensamiento de ¿estoy haciendo bien? Antes de simplemente soltar el pensamiento.
Por último, la receptividad, nos permite abrirnos a lo que nuestro cuerpo y la mente tienen que enseñarnos, en lugar de decirles lo que queremos que hagan. Típicamente empezamos con ideas de lo que es una postura y en alguna manera necesitamos estas instrucciones para comenzar, pero nuestra práctica puede, desarrollarse en tal manera que este proceso va el revés. Podemos permitir que la postura afecte al cuerpo y la mente, cultivando la curiosidad y abriéndonos mientras investigamos esos efectos.
Bodhiyoga unifica las dos tradiciones, la de las enseñanzas del Buda y de las asanas de yoga moderna. Hay un énfasis en la conciencia auto-reflexiva. Doy clases en el Centro Budista de Norwich. Mis alumnos toman clases de yoga y desarrollan un interés por la Meditación y el Budismo. Aquellos que se inscriban en los cursos o asistan a las clases de meditación volverán al yoga con mejor entendimiento de sus mentes e impregnarán su práctica; las posturas, con la conciencia y la bondad. Terminamos cada una de mis clases con unos versos, una dedicación de nuestra práctica, honrando y feliz de ver a los participantes llevar su práctica de yoga al mundo: "Que nuestra atención y nuestras acciones, tanto sobre la colchoneta y el cojín, tal como fuese, beneficie a nosotros mismos y a todos los seres. Nuestras acciones sean imbuidas de metta, pudiendo cumplir con nuestros desafíos, con confianza que todos podamos estar bien y felices"
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